sábado, 19 de diciembre de 2009

Mi querido buzón

¡Mi buzón está triste!
ya no se posan en él
tus blancas palomas mensajeras
cargadas de flores
y ramas verdes de esperanza.

¡Mi buzón está solo!
y en su oscuro vacío
sólo habita el polvo
y la nostalgia de días
cercanos y lejanos,
en el que por sus pequeñas rendijas
escapaba la luz de su hermoso contenido.

¡Mi buzón siempre espera!
al oír mis alocados pasos
bajando la escalera
con mi corazón palpitante
por la incógnita de comprobar sus sorpresa
de sentir mi curiosa mirada posarse en él
y mis manos inquietas
abriendo su puerta secreta
para extraer un trozo de primavera
de su sereno vientre.

¡Mi buzón siempre observa!
mis entradas y salidas
y mi comunicación constante e interrogante con él,
mis dececpiones, mi pena,
y mi alma de luchadora
reponiéndose una y otra vez.

¡Mi buzón me comprende!
y sabe como yo sé
que nunca volverán tus blancas palomas
pero aquel resplandor divino
impregnó tanto mi ser
que el mañana no está lejano
y aún hoy es ayer.


(Del libro "Filosofía del Alma".)

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